¿Una campaña con fines sociales tiene más éxito si está avalada por un personaje famoso? ¿Hace falta que Alejandro Sanz, por poner un ejemplo, avale una campaña para que la veamos más? ¿Llega más el mensaje? ¿Calan más las campañas impactantes?¿Queda algo tras el revuelo de una campaña polémica? Sinceramente no tengo respuesta a ninguna de estas preguntas, sólo ejemplos. Algunas son verdaderas obras de arte, la verdad.
Pero empecemos. La primera campaña causó un gran revuelo en Europa hace unos meses. Mujer guapa, ligera de ropa que se inspiraba directamente en otra campaña, la de Eva Herzigova y su Wonderbra. Tanya Kiewitz hizo lo mismo con la salvedad de que le falta parte de un brazo. La ONG belga Cap 48 pensó que era una buena manera de luchar por los derechos y la visibilidad de las personas con discapacidad. «Las personas piensan que los discapacitados somos personas raras, pero yo puedo ser una mujer normal e incluso sexy», dijo Tanya.
El eslogan es el mismo: ¡Mírame a los ojos...a los ojos!
La mujer como reclamo de lo que sea es un clásico en publicidad. Si encima es famosa, mejor que mejor. Las campañas solidarias no se libran de ello. Y si no, ¿que me decís de la campaña contra el cáncer de piel que protagonizaron hace un tiempo Eva Mendes o Naomi Campbell, entre otras? Camisetas ‘pijas’ de Marc Jacobs a 30 euros en las que podía verse a famosas modelos desnudas bajo el lema ‘Protege la piel en la que estás’.
Eva Mendes y la camiseta de Marc Jacobs
Sin ser tan ‘cool’ y exclusivo, Ryanair hace lo propio desde hace tres años con sus azafatas con el solidario fin de vender un calendario cuyos beneficios «proporcionarán alimentos a la población más pobre y desnutrida de Alemania». Y digo yo, ¿no habrá más de lavado de imagen y estrategia publicitaria que de solidaridad?
Las azafatas viajaron a Fuerteventura para hacer el calendario
Y dejamos el mundo femenino (¿os habeis fijado que la semidesnudez funciona igual de bien para vender un detergente o una idea solidaria?) para entrar en las campañas que pretenden impactar y ser polémicas desde el minuto uno. ¿Intentar convencer de los peligros del sida usando a Hitler? Sí, sí. ¿Llamar maricón al que pega a su mujer? Sí, sí, también.
Argumentan desde el Gobierno chileno que la violencia es una mala comprensión de la verdadera masculinidad y que la respuesta es clara: el que maltrata a una mujer es poco hombre. Bueno, algunos colectivos homosexuales consideran que utilizar la palabra maricón es homofóbico sea quien sea el que recibe el insulto. Por no hablar de la simplicación de los malos tratos, pero en fín, ¿os imaginais una campaña así en España?
Yo no. Como tampoco imagino esta imagen.
Campaña de la organización humanitaria alemana Regenbogen
La organización humanitaria alemana Regenbogen lanzó el año pasado una polémica campaña de prevención contra el sida en la que utilizó fotomontajes con imágenes de Adolf Hitler, Josef Stalin y Sadam Hussein para advertir de los peligros de la enfermedad. Existía un vídeo pero ha sido retirado por su «alto contenido sexual», dicen los de Youtube. Menos mal que ElPaís lo mantiene todavía.
No obstante, no todas las campañas nos dejan una expresión a medio camino entre la estupefacción, el rechazo y el pasmo. (¿Qué me están vendiendo? ¿Era necesario ser tan polémico? ¿Quién se beneficia realmente bajo el envoltorio solidario?). Y si no, mirad estas dos campañas. Sencillas, directas, bien hechas, sin engaños, sin subterfugios. Con famoso y sin famoso, igual de buenas y eficaces.
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